Evítalas a menos que me ayuden a crear.

Crecí en una familia bastante pobre y eso está en mi cabeza todo el tiempo, incluso aunque ahora tenga más. Cuando gasto dinero en una buena cámara o algo más, siempre empiezo a lamentarlo, incluso si sé que puedo pagarlo. Intento ser extra cuidadoso porque temo volver a depender de la ayuda social.
Sé que es bueno ser cuidadoso con el dinero, pero este patrón específico mío es malo porque me estoy castigando internamente sin motivo. He trabajado por lo que tengo ahora y sé lo que puedo permitirme. Para disfrutar y aprovechar al máximo la vida, establezco ciertas reglas para mí mismo, y una de ellas es: El dinero gastado en equipo que me ayude a crear o en experiencias como viajar NUNCA es dinero desperdiciado. Otra excepción podría ser cosas que pueda considerar como activos, o cosas que me ayuden a llevar una vida más saludable (como equipo deportivo).
Podrías preguntar: ¿Vale tu cámara todo ese dinero? Sí, sin lugar a dudas. Puede ser más cara, pero me ayuda a crear algo significativo para mí. Puede que no sea un activo en sí mismo (ya que perderá valor con el tiempo) pero el valor que obtengo al usarlo para mi trabajo lo compensa con creces.
Lo mismo ocurre con los viajes o pagar por experiencias que estarán conmigo toda mi vida. Pero de lo contrario, intento no malgastar dinero en cosas inútiles, cosas que solo ocupan espacio y se ven bonitas. Menos cosas, más creación.

Deja de ser envidioso

Este es difícil. No me llamaría envidioso, pero a veces cuando estoy sin inspiración o poco productivo, me pongo celoso y enojado con otras personas que lo tienen más resuelto que yo. La cosa es que la envidia rara vez te hace mejor o trae algo positivo. Tanto profesional como especialmente en privado, la envidia es lo que arruina las relaciones.
No debería frenarme de admirar lo que hacen otras personas, pero la envidia no tiene absolutamente ningún lugar en mi vida. Creo que hay una línea delgada entre admiración y envidia. Es fácil pasar de una a la otra sin darse cuenta.